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Luna tucama por Billy Quinteros y mi hermosa madre.

Demasiado corazón - Tomás Lipán.

martes, 17 de abril de 2012

De Vita Sackville-West a Virginia Woolf.

Vita Sackville-West era una poeta inglesa, que tuvo un romance con Virginia 
Woolf. ( Que era bisexual) 


"Es increíble lo esencial que te has vuelto para mí... Maldita seas,
criatura mimada. No conseguiré que me ames más traicionándome así",

Vita a Virginia, desde Trieste, 21 de enero de 1926.




TIEMPO DE INFANCIA.


(A Graciela Julia)

Caballito…una calle arbolada,
la densa trama de la mañana
de un verano infinito…
soleada,
pintando en la vereda fresca
la silueta del sol
cual breve cielo recortada.
Te imagino niña
corriendo alborotada,
en el rostro la sonrisa abierta
bajo el celeste cielo…
iluminada,
trazando en el aire ardiente
un surco claro
cual paloma atolondrada.
En la esquina un café
bar, billares…
adentro humo, los habituales parroquianos,
afuera…
tu rostro contra el vidrio
cabecita rubia curiosa
cual si fuese el aleteo
de una loca mariposa.
Pasaje Ortega…
la luz intensa, dorada
de esa perdida mañana
en el tiempo de tu infancia…
amada,
si pudiera encontrarte
trazar de pronto
una feliz coordenada…
Te imagino, digo,
y me imagino
tomándote la mano…
y entonces ,a tu lado,
reflejados en el cristal de la ventana
me envuelve fugaz tu mirada
y mi corazón en un instante
aprisiona para siempre ese tiempo de verano…

Mario Parella.




jueves, 12 de abril de 2012

SAFO A CLEIS



Me amo en ti,

y

en tu figura,

me miro,

transformada

con la forma de mi sueño.


Al acariciarte es mi reflejo

el que acaricio narciso

en el espejo de tu cuerpo.


Me miro, así,

toda yo

vuelta carne tuya,
belleza que amo,

seda que acaricio

en tus mejillas.

Sabor de tu piel

en la blanca corola

de tus senos y en la oscura y dulce fruta

de tu sexo.


Lenta y deleitosa

te recorro

con mis dedos

más sabios en formas

que los de Fidias,

y vuelvo

un cinturón de oro

mis brazos en torno

a tu cintura,
mientras ávidas mis piernas

-como lianas- se enredan en las tuyas

al tiempo que no hay límite

entre tu boca y la mía.


¿Tú o yo?

¿Cuál soy?

¿o cuál tú eres?


Fundidas en el placer todo se borra,
y sobre el lecho, entre

los deshojados jacintos

de las rotas guirnaldas

-con que nos adornamos

para el íntimo festejo- sólo sé que soy llama

encendida en tu aliento.


Enajenada en ti sin tiempo

y sin fronteras.

Perdido el borde

de mi cuerpo,
en las oscuras aguas del orgasmo,
me entrego hasta morir

en tu belleza.

Luz Méndez de la Vega (Guatemala)




Metamorfosis.



   Sé que estoy por cambiar de piel, que estoy al borde de una nueva página, que todo lo anterior está por diluirse dentro de mí, que una vez que esto ocurra jamás volveré a verte como antes, que ninguna palabra que pronuncies podrá ya evitar lo que suceda mañana, que nosotros, como dos cometas que de la nada se acercaron, ahora habrán de separarse. Todo eso lo sé y lo reconozco, y mi cerebro lo tiene por cierto. Pero mi corazón, ay, mi tonto corazón está esperando que de pronto detengas tu andar, te vuelvas hacia mí y sin hablar nada con tus ojos atravieses los míos hasta el alma, con tus manos hagas un castillo de caricias en mi cuerpo, con tu boca me cubras de besos como el mar cubre a la arena, con tus brazos alejes esta metamorfosis que me duele y desespera tanto. Sin embargo, nada de eso ha de ocurrir, nada de eso, sino, por el contrario, crisálida de amor, romperé mi encierro y saldré, ciega mariposa, volando hacia el cielo del desconcierto.

Mariel Paz.








lunes, 9 de abril de 2012

Carta de Franz Kafka a Felice.


Fräulein Felice!

   Te pediré un favor que suena completamente loco, y que yo consideraría como tal si fuera quien recibe la carta. Es también el más grande test al que aún la más amable persona puede ser sometida. Bien, el favor es que me escribas una vez por semana, así tu carta llega el domingo, porque no puedo resistir tus cartas diarias, soy incapaz de resistirlas. Por ejemplo, yo respondo una de tus cartas, luego estoy acostado, aparentemente en calma, pero mi corazón late a lo largo de mi cuerpo entero y sólo es consciente de ti. Yo te pertenezco, realmente no hay otra manera de expresarlo, aunque no es suficientemente adecuada. Por esta importante razón no quiero saber qué estás usando; me confunde mucho y no puedo lidiar con mi vida; y por esto es que no quiero saber que tu me tienes cariño. Si lo hice, ¿cómo pude, tonto de mí, permanecer sentado en mi oficina, o aquí en mi casa, en vez de saltar dentro de un tren con los ojos cerrados y abrirlos solamente cuando esté contigo? Oh, hay una lamentable, triste razón para no hacerlo. Para ser breve: mi salud es apenas suficiente para seguir solo, pero no es buena para casarme, y dejemos a un lado a la paternidad. Aún cuando leo tus cartas, paso por alto hasta lo que no puede serlo. ¡Si sólo tuviera tu respuesta ahora y cuán horriblemente te atormento, y cómo te obligo, en la quietud de tu cuarto, a leer esta carta, tan desagradable como jamás ha estado en tu escritorio! ¡Honestamente, esto me golpea por momentos y quedo preso como un espectro de tu feliz nombre! Si sólo hubiera despachado carta el sábado, en la cual hubiera implorado que jamás me escribieras de nuevo, y en la cual te hubiera hecho una promesa similar. Oh Señor, qué me impidió enviar esa carta? Todo estará bien. Pero, ¿hay una solución tranquila ahora? ¿Ayudará si nos escribimos una vez a la semana? No, si mi sufrimiento puede ser curado por algo semejante, quiere decir que no es serio. Y ya preveo que seré incapaz de soportar aún las cartas dominicales. Y así, para compensar por la oportunidad deesperdiciada el sábado, te demando con la energía que me queda, en el final de esta carta: Si valoramos nuestras vidas, permitámonos abandonar todo. ¿Pienso que debo firmar "tuyo" ? No, nada podría ser más falso. No, yo seré siempre esclavo de mí mismo, eso es lo que soy, y debo tratar de vivir con eso.

Franz




Veintinueve años.



   Para cumplir veintinueve años te ves muy bien y no se nota sino tu sonrisa o mi mano que no llega a acariciar tu pelo. Ya ves, aquí estamos al comienzo de una nueva calle.Y si considero tus pasos o ese cigarrillo encendido sólo me resta resolver un problema matemático : uno más uno igual ninguno. O en todo caso, una superficie blanda, como mi mano que no llega a acariciar tu pelo. El rocío y el humo te transforman pronto, para deslizarte en mi piel. Lenta, apremiante, tu boca me besa y la soledad se esfuma, gris, se hace mil pedazos sobre este retorno ocre, sobre mi mano que ya no existe más porque la guardan tus pechos tibios. Creo que es mejor que te abrigues, este marzo es frío y ventoso para cumplir veintinueve años. Y si mi mano no llega a acariciar tu pelo es por culpa de las hojas secas, porque cuando digo tu nombre en voz alta tu pelo se cubre de ellas y se parece al otoño. Entonces es cuando la ternura se posa en mí, cuando veo tu verdadero rostro, cuando deshago este insólito paquete y mi mano siente el contacto de tus veintinueve años, de este marzo frío, de los sonidos mansos ,del agua. Y entonces puedo decir Graciela y tomar una flor blanca para poner en tu pelo, o puedo lanzar al aire mis poemas porque ya no tienen letras por conocerte de nuevo, o finalmente puedo creer, asombrado, que te quiero.

Mario, noviembre de 1976



Milonga de mis amores.